lunes, 30 de marzo de 2009

Diseños básicos para la investigación evolutiva. Noelia Caula, Cindy Bosque.


Los psicólogos evolutivos disponen de los mismos recursos metodológicos que el resto de los psicólogos: observación, experimentación de diversa índole, estudio prolongado (longitudinal), de casos individuales, estudios transversales. Los diseños de la investigación evolutiva más clásicos son el longitudinal y el transversal. Luego se crearon los diseños secuenciales (Martínez, 1983; Vega, 1983).
Plantéese el lector por un momento el problema de realizar una investigación evolutiva. Supongamos que se interesa por algo tan común como conocer el número de palabras nuevas que los niños incorporan en su vocabulario entre los doce meses y cinco años. También supongamos que dispone de un procedimiento de recogida de información ¿Cómo se las ingeniaría para estudiar la evolución del léxico entre uno y cinco años?.
Como probablemente le habrá ocurrido al lector, los psicólogos evolutivos pensaron hace ya mucho tiempo que una forma razonable de organizar la investigación evolutiva era estudiando a un niño o a un grupo de niños durante los años que les interesaron. Estos mismos niños son estudiados a lo largo del tiempo, esto es lo que se conoce con el nombre de diseño longitudinal de investigación.
¿Qué ventajas tienen los diseños longitudinales? Estos diseños tienen la ventaja fundamental de que permiten establecer la trayectoria evolutiva de un sujeto o grupo de sujetos, con lo cual tenemos acceso tanto a los cambios individuales,como a las diferencias interindividuales. Estos diseños tienen además la ventaja de que, al estudiar siempre a los mismos sujetos, no hay problemas de homogeneidad entre los diferentes grupos de edad, pues en principio de una toma de datos a la siguiente los niños son iguales en todo excepto en la edad.
¿Desventajas? Este tipo de diseños plantea también algunos problemas: suelen ser bastante caros, ya que exigen que la investigación se prolongue durante varios años, lo que en sí mismo es ya un inconveniente; frecuentemente aparecen problemas de "mortalidad experimental", es decir, de sujetos que se pierden de un año para el otro; cuando se utilizan pruebas estarandizadas que se repiten de una toma de datos a la siguiente, aparece el problema de las medidas repetidas.
Una forma alternativa de plantear las cosas consiste en recurrir a la utilización de un diseño transversal, que consiste en estudiar en un momento determinado a un niño o grupo de niños de cada una de las edades que interesen. En el caso de nuestro ejemplo, podríamos tomar a un grupo de niños de un año y evaluar su léxico, haciendo lo propio con otro grupo de niños de dos años, otro de tres, etc. Se supone que nuestros niños de un año son buenos representantes de los niños de un año en general, y lo mismo ocurre con cada una de las demás edades.
Comparando con el longitudinal, la ventaja más evidente de un diseño transversal es su rapidez y su economía.En una pocas semanas se puede realizar una investigación que de otra manera, en el caso de nuestro ejemplo, llevaría cinco años. Se trata, pues, de un planteamiento mucho menos costoso.Pero junto a estas evidentes ventajas de rapidez y economía, los diseños transversales plantean algunos problemas importantes. Por una parte, no aportan datos sobre el cambio intra- idividual a lo largo del tiempo, pues los sujetos son estudiados una sola vez. De esta forma, no podemos establecer trayectorias evolutivas que reflejen la evolución real de una persona, sino que hemos de inferir esta trayectoria suponiendo que la evolución de un determinado niño entre los tres y los cuatro años será la misma que la que se ha observado entre el grupo de niños de tres años y el de cuatro años de nuestra muestra. Además,pueden plantearse problemas de homogeneidad entre las muestras utilizadas para cada edad; mientras que en el caso de los diseños longitudinales no hay problemas de homogeneidad entre las muestras de diferentes edades, puesto que se trata de los mismos sujetos, en el caso de los diseños transverales las cosas se complica: la muestra de niños de cuatro puede estar compuesta por más sujetos de clase media que la muestra de niños de cinco, que puede estar compuesta por más sujetos de clase baja, con lo que las muestras no son del todo comparables.
Tanto los diseños longuitudinales como los transversales tienen además el inconveniente de que no son sensibles a los cambios históricos que hacen que lo que es válido referido a una determinada generación no lo sea referido a otra diferente.
Cada planteamiento tiene sus ventajas y sus inconvenientes, la presentación suscinta que hemos hecho de los diferentes diseños de investigación evolutiva debe concluir indicando que no hay un diseño mejor que otro en términos absolutos. Cada diseño es mediamente adecuado en funcioń al problema a investigar y al tipo de respuesta a obtener. Si deseamos saber, por ejemplo, hasta que punto la relación afectiva con los padres en el curso de los dos primeros años es predictiva de las relaciones de amistad en los años prescolares, no nos queda más remedio que recurrir a un diseño de tipo longitudinal , pues necesitamos medir las dos cosas y en los mismos sujetos en deferentes momentos. Por el contrario, si lo que deseamos es hacernos una idea general de si los niños de dos-tres años son más o menos agresivos que los de cinco-seis, etonces talvés sea suficiente con un diseño transversal. Sin duda, esta pluraridad de posibilidades es muy beneficiosa para la Psicología Evolutiva, que dispone de recursos meodológicos para hacer frente a la diversidad de problemas y situaciones que llaman la atencion de los investigadores.

3 comentarios:

  1. Noelia y Cindy. Muy buena Síntesis.

    Un maestro, ¿podrá realizar algún tipo de estudio longitudinal en su clase? y ¿uno transversal? Me gustaría que explicitaran sus ideas.
    Cariños. Cristina

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  2. Corregido.

    Cristina Laxague

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  3. Calificación 10. Cristina Laxague

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